Para hacer que suceda hace falta más que el deseo. Y es muy bueno que así sea.
Tan sólo imagina cuán vacía y desordenada sería la vida si todo deseo fuese instantáneamente concedido. Nada tendría ningún sentido y nada tendría ningún valor, porque conseguirías muy rápidamente cualquier cosa que desearas.
Por suerte, los deseos no se hacen realidad sólo por obra del deseo y eso hace que puedas deshacerte de los que menos sentido tienen para ti. Los sueños que finalmente haces realidad son los que realmente importan, porque son los sueños en los que estás dispuesto a invertir.
Para que se haga realidad, un deseo debe ser más que eso. Debe recibir esencialmente tu tiempo, tu esfuerzo, tu imaginación y tu compromiso.
Cuando ello suceda estarás generando valor real y duradero, algo con lo que verdaderamente vale la pena contar. Nunca te conformes con tan sólo anhelar. En cambio, persigue tus más preciados sueños con todo lo que tengas, generando valor a lo largo del camino. Entonces sí, tendrás aquello que realmente importa.
(Post que es culpa de Lupita)
Porchecito
Hace 3 años.
1 comentario:
Pues yo opino de manera similar a ti y como dicen las gentes que sabe y no se quejan cuando las cosas se ponen complicadas "Si lo que hacemos fuera fácil cualquiera lo haría".
Solo valoramos aquello que nos ha costado trabajo obtener, desde un bien material hasta una amistad.
Bien por Lupita que hizo posible este post.
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