4.10.2008

Cookie Häggen

“Porque te vi venir y no dudé
te vi llegar, y te abracé
y puse toda mi pasión para que te quedaras”

Hoy iré a dormir, se qué estarás esperándome con la cama calientita, como lo haces noche tras noche; a menos que mi hermana decida lo contrario.

Hace varios años que llegaste a mi vida, cuando solía temerle a todos los de tu tipo, descubriste ante mí la confianza.
Durante mi infancia nunca me dejaron tener un perro, por mis problemas de salud, las responsabilidades que conlleva mantener una mascota e infinidad de pretextos, los cuales ante mis padres eran razones de peso. Pero después de muchos años, lo logré.

Aún recuerdo esa tarde, en que con ternura te sostuve entre mis brazos por primera vez, tu pelaje de un color inusual, café con un toque pelirrojo y un medallón blanco en el pecho. Me cautivaste; no tarde en darme cuenta que seríamos: “the perfect match”. Bastaron unos cuantos minutos para aferrarme a ti, defenderte, alimentarte, protegerte.

He tenido errores, lo sé. No he sido la madre liberal que afronta sus miedos y te deja salir sin cadena; paseamos poco. Sin embargo, a cambio de lo mucho o poco, bueno o malo que te doy, encuentro en ti una bienvenida llena de energía, felicidad, mejor que la de cualquier otro miembro de la familia.

Muchos dicen que solo te falta hablar, pero para mi cada una de tus miradas me basta y sobra para comprender que le das un toque muy especial a mis días.

Cookie: ¡¡Luv ya so Bby mosa!!

1 comentario:

tipito X dijo...

Pues tienes razón en el hecho de que tu perrita ya habla, a mí me consta... sobre todo el hecho de que no le gusta mucho compartir su sillón.

¡Bienvenida!